MIS PRINCIPIOS

“Miré el reloj; las agujas parecían detenidas. Solo me importaba que el tiempo pasara rápido”

El tiempo es caprichoso; solo pasa veloz cuando eres feliz y te sientes plena. Y yo, en ese momento, solo sentía tristeza y amargura.

Aunque en aquel instante el tiempo parecía un enemigo cruel, sabía que eventualmente la tristeza se disiparía, dando paso a la esperanza y la alegría. No podía acelerarlo, pero me prometí que un día volvería a sentirme plena y feliz.

Al iniciar mi viaje, me sobrecargué con cosas innecesarias y, durante un periodo, me dediqué a liberarme de ellas.

Al soltar, me sentía más ligera, dejando atrás lo que no importaba.

Convertí fracasos en oportunidades, quejas en aprendizaje y ruidos mentales en inspiración.

Ahora, aunque sigo viajando, me siento agradecida y orgullosa de todas las experiencias, ya que mi maleta pesa menos y disfruto de lo esencial.

Mis principios vitales son despojarme de lo que no es importante y agradecer cada regalo que me ofrece la vida.

Mi propósito se convirtió en un decreto, que se ha convertido en mi mantra para mi entrenamiento emocional y que me ayuda a seguir trabajando para cumplir mis sueños.

Os comparto mi decreto de bienestar

Acepto que hay cosas que no puedo controlar.

Fluyo y confío en que todo lo que me llega es necesario para seguir creciendo como persona.

No es necesaria la aprobación ni el reconocimiento para que pueda actuar positivamente en la vida.

No me culpo y me perdono.

Creo en mí, me quiero y considero mi bienestar emocional como prioritario en mi vida.

No requiero apegarme a personas ni bienes materiales para vivir con plenitud.

Trabajo por mis sueños, aprendiendo de los errores y sin expectativas a un resultado determinado.

Vivo el ahora y disfruto del momento.

Agradezco todos los regalos que tengo en mi vida (nombrarlo).

Gracias, gracias, gracias.